Si yo mismo me he girado y no te he visto, no te he sentido llegar, y de repente todo cambia y el ambiente se torna frío y gélido, una presencia tras de ti que se mantiene firme por los días de los días, alguien que estuvo cerca de ti un día y luego te repudio, ese frío entra en tus huesos calando en lo más profundo, generando graciosamente y la ingenuidad de algunas personas que se creen por encima del bien y del mal...
Me volví a girar hacia el aroma de un té recién preparado, y cuando giré la nuca vi a esa mujer sentada en la mesa sola, con la misma ropa lunes tras lunes. Me gusta, lo reconozco, cuando sobre todo voy en autobús, miro a la gente y quiero inventarme una historia sobre cada uno!!!
Y una lágrima cae silenciosa sobre el té y me doy cuenta de que todos en el autobús están usando el puñetero móvil...
Recuerdos desde mi rincón
Driadea
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