Quizás, lo que más le importaba era esa necesidad de estabilizar su vida y darle a su hija lo mejor. Trabajando de día y de noche aquel cuerpo de mujer frágil, se quebrantaba día sí día no. Lejos estaba aquella niña que aprendia a ser princesa, nadando entre corales... Con la luna brillante como única referencia esperando que su madre también estuviera mirando al cielo. Los días pasaban y poco a poco todo iba colocándose en su lugar.
Lo importante y todos lo sabemos, no es lo material ni lo tangible sino los momentos y las relaciones personales. Cinco meses sin poder verla, y abrazarla diciéndole: todo va a salir bien!!!!!.
Espero que no muy tarde esa persona tan frágil vuelvo a estar con su querida madre...
Saludos desde mi rincón