Erase una vez una chica con una gran bufanda de colores llena de decisión y ganas de vivir,
que miraba al mundo de frente y que a veces se hacía tan pequeña que sus propias palabras
la escondían.
Sus ojos brillaban, pues cualquier cosa por insignificante que pareciera creaban en ella una
gran ilusión!. De vez en cuando encontraba algún libro y lo hojeaba y fruncía el ceño pues siempre aquellas paginas malditas se oponían a sus ideas, pero en algunos momentos se dejaba llevar y luego le costaba respirar y tenía que acurrucarse en el sofá para tranquilizar los latidos de su corazón.
Yo ví aquella bufanda, yo conocí a aquella muchacha que estaba llena de vida y contagiaba con su sonrisa, y entendí porque una vez que sus tintineantes ojos te llenaban el alma era imposible borrarla del corazón, aunque eso significara no dejarla libre. Pero al fín lo era, al fín no le debía al mundo nada, y al fín podía abrigarse y arroparse con sus mil colores, los colores de su propia felicidad.
recuerdos desde mi rinconcito.
sábado, 11 de febrero de 2012
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