A ti no puedo mentirte,
no soporto pensar que ya no estás aqui, que de alguna manera continuas con nosotros,
pero que te has idos, no logro comprenderlo. No me hago, ni quiero hacerme a la idea
de que te hayas marchado, sin preocuparme todas esas cosas estúpidas de la edad y la
enfermedad,
la verdad es que te necesito aún.
Que no volveré a escuchar tus riñas, que no veré tu risa, que no te veré trabajando
en el campo, que no te oiré. No puedo. Lo intento pero me es imposible. Qué tengo que
hacerlo dices?, no de momento, no.
No quiero decirte simplemente adios, no quiero.
sábado, 12 de noviembre de 2011
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