Caminaba sola, despacio y perdida. Vagaba entre mil pensamientos y el suelo se mojaba de manera continua con la lluvia.
A ella no le importaba, el dolor interno era tan inmenso que tampoco se habia dado cuenta de que hacía mucho frio. Tal vez ella no lo sintiera, sus pensamientos la obsesionaban y no encontraba ninguna respuesta a su vida desordenada.
Cuando pierdes todo lo que te importa en la vida lo que te queda
es ese vagar perdido por las calles sin protección. No lloraba,
y de repente se dió cuenta de que estaba empapada y caminó deprisa para buscar refugio. Miró alrededor, su reloj marcaba las dos de la
madrugada y la mayoria de los bares estaban cerrados, se quitó la
blanca chaqueta y se cubrió la cabeza, seguía sin distinguir con claridad donde se encontraba. Sintió dolor en las manos que estaban heladas y se dió cuenta de que tenía que encontrar rapidamente
algún lugar...
miércoles, 26 de enero de 2011
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